12/03/2008

EL GRAN DICTADOR (THE GREAT DICTATOR)

Para empezar esta sección comenzaremos por la 1ª película sonora de Charles Chaplin , más conocido como “Charlot”.
Este londinense nacido a fines del S.XIX, parece que de ascendencia judía, hijo de padre alcohólico, arrastró una vida miserable de niño abandonado. Trabajó en el music-hall en varios teatros de su país hasta que dio el salto a E.E.U.U. Al cabo de un tiempo se convirtió en productor de sus propias películas de cine mudo. Su figura inconfundible de vagabundo romántico con sus zapatones, su sombrero y su bastón cautivó al público de la época.
En 1940, cuando aún E.E.U.U. no había entrado en la 2ª Guerra Mundial,y Europa acababa de hacerlo, rueda El gran dictador. Esta película es un alegato a favor de la libertad y en contra del régimen nazi que Hitler había implantado en gran parte del continente europeo. El dictador “Astolfo Hinkel” y su “colega”, “Nappoloni” (caricatura de Mussolini) son satirizados hasta el extremo, a la vez que se muestra la persecución que padecen los judíos.
Fue una película atrevida en su momento y con un mensaje de justicia y libertad lanzado al mundo durante uno de los peores horrores sufridos en el pasado siglo XX.
Una de las escenas más emblemáticas de la película es la del dictador jugando con un globo terráqueo, que intenta manejar a su antojo, en sus absurdos y criminales delirios de grandeza. Pero no faltan escenas desternillantes de risa como la del “pudding” o la barbería de los dictadores. Lo magistral de este filme, en palabras del director Sidney Lumet, consiste en que es a la vez “tremendamente cómica y enormemente conmovedora”. Como sólo los genios saben hacerlo.
En el enlace que hay en este blog de Cinema Paradiso sobre cine clásico, encontraréis información sobre Chaplin y esta película. En la biblioteca disponemos de la “edición del coleccionista” en D.V.D. : un disco con la película y otro con comentarios .Deseo que os guste: que a la vez os divierta y os haga reflexionar.
Hasta otra ocasión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Reconocer a Hitler es muy fácil, pero descubrir y denunciar a los y las "pequeños/as nazis" que tenemos delante de nustras narices, no es nada cómodo: se vive mucho mejor mirando a otro lado Esto sirve para ayer, para hoy y para mañana, señores profesores.